EDITORIAL.- POR HIPÒLITO VEGA /
A nivel mundial, diversos sucesos han enlutado comunidades enteras. Uno de los más recurrentes y devastadores ha sido el derrumbe de edificaciones, no solo como consecuencia de terremotos, sino también por fallas estructurales originadas en deficiencias de construcción, reparaciones inadecuadas o, sencillamente, la falta de mantenimiento preventivo.
En el continente americano, hemos sido testigos de múltiples tragedias que pudieron evitarse. A continuación, enumeramos cinco de los más impactantes derrumbes en los últimos años:
Miami, EE. UU. – El 24 de junio de 2021, el edificio Champlain Towers South colapsó parcialmente en Surfside, Florida, dejando un saldo de 98 personas fallecidas.
Ciudad de México, México – El 19 de septiembre de 2017, tras un sismo de magnitud 7.1, varios edificios colapsaron, entre ellos una escuela, provocando la muerte de más de 230 personas.
Belo Horizonte, Brasil – El 4 de enero de 2020, un edificio residencial colapsó en construcción, causando la muerte de 3 personas e hiriendo a otras.
Port-au-Prince, Haití – El devastador terremoto del 12 de enero de 2010 causó el colapso de miles de edificaciones, con un saldo estimado de más de 230,000 muertos.
Rosario, Argentina – El 6 de agosto de 2013, una explosión de gas provocó el derrumbe de un edificio, con un resultado de 22 personas fallecidas.
A esta lista trágica se suma, con dolor, la República Dominicana, que el pasado martes 8 de abril vivió una de sus noches más sombrías. El desplome del techo de la discoteca Jet Set, durante una fiesta animada por el icónico merenguero Rubby Pérez, dejó un saldo devastador: 224 personas fallecidas, según fuentes oficiales, incluyendo al propio artista.
Hoy estamos como Jeremías, llorando frente a nuestro muro de lamentaciones. Una vez más, la falta de una supervisión rigurosa, el abandono del mantenimiento estructural y la negligencia generalizada nos arrebatan vidas inocentes.
Ha llegado el momento de actuar. La República Dominicana no puede seguir apostando al azar ni al olvido. Es urgente que el Gobierno cree un Departamento Especializado en Seguridad de Infraestructuras, conformado exclusivamente por técnicos calificados e independientes, sin compromisos políticos, que se dediquen a inspeccionar, prevenir y corregir a tiempo, con la seriedad y responsabilidad que la vida humana exige.
Evitar una nueva tragedia no es solo una necesidad técnica; es un deber moral y un acto de amor por la patria. No podemos permitir que otra vez la tierra de «Dios, Patria y Libertad» se cubra de luto por errores que pudieron evitarse.