Llama erradicar las conductas sectarias y egoístas por ser enfermizas y destructivas /
SAN FRANCISCO DE MACORIS.- El Consejo Regional de Desarrollo (CRD) convocó a todos los integrantes de las familias dominicanas y de las diferentes instituciones del país, asumir como tarea primordial para el próximo año redefinir sus tareas y responsabilidades sociales, teniendo como principales columnas el amor, la unidad y la confraternidad, a fin de vencer la crisis de valores y los diferentes males que obstruyen la paz y el desarrollo que todos por igual merecemos.
La entidad quien tiene entre sus principales ejecutivos a Monseñor Jesús María de Jesús Moya, Ysócrates Peña Reyes, Héctor José Rizek, Cristiana Rodríguez de Alba y Rafael Acevedo Pérez, llama lograr dicho propósito tomando de punto de partida esta época de navidad, para que teniendo de apoyo los valores y principios cristianos dar paso con firmeza a un accionar colectivo que conduzca a la erradicación de las conductas egoístas y sectarias por ser enfermizas y destructivas.
Destaca, que nuestra nación hoy más que nunca necesita que reflexionemos en torno a nuestro presente y futuro, además sobre las responsabilidades que cada uno debemos asumir, para dotarnos de la sabiduría que facilite la canalización correcta de los proyectos y metas que urgimos, pro edificar una mejor sociedad dominicana para las presentes y futuras generaciones.
Añade, que para erradicar los males que afectan al país y nos agobian a todos por igual, hay que propulsar la renovación y transformación que requerimos, soportándolas en la vocación de bien y el bienestar para todos, dentro de un proceso que para ser exitoso, necesariamente deben participar jóvenes, viejos, pobres y ricos del campo y la ciudad.
Considera, que estos objetivos, colectivamente llaman a comprender que constituye un principio capital, que los valores se viven en casa y se transmiten a los demás como una forma natural de vida, es decir, dando ejemplo, siendo primordial, la acción de los padres, a fin de que los niños y los jóvenes, reciban verdaderas lecciones de cómo practicarlos en su mayor expresión y dimensión.
Resalta, que debemos entender que así como el egoísmo constituye el peor enemigo de la existencia del amor y la unidad en las parejas y las familias, la práctica del mismo en los estamentos estatales y en nuestras instituciones es improductiva, por sumergir al ser humano en la irracionalidad y los sentimientos infecundos.
El CRD concluye su petición, llamando a los liderazgos, a nuestras familias y las demás instituciones de nuestra nación, asumir en su mayor plenitud los lineamientos que sugiere, al considerar vital el marco que ofrecen la unión, la confraternidad y el amor para proveernos de los soportes necesarios para reivindicar sobre bases firmes una sociedad sustentada en sus mejores valores y principios, mayores grados de paz y justicia social para impulsar el desarrollo y la seguridad ciudadana con sustentabilidad.