Por Rolando Fernández
Ante un escenario gubernamental similar a los anteriores, como el que estado viviendo el país después que los nuevos ocuparan el Palacio Nacional, parece ser que, hasta ahora, prosiguen los dominicanos transitando por los mismos caminos.
¡Qué suerte! Variación no se advierte ninguna, a pesar de los tantos cantaleteos de cambios que enarbolara el partido oficial de gobierno hoy, durante el pasado proceso electoral. y que entusiasmarán sobremanera a la población.
Comprobado está que, “nadie nunca ha cambiado nada, haciéndose siempre más de lo mismo”. ¡Gran verdad que enfrenta esta nación! Igual, o peor, lo que se está mirando en esta nueva ocasión a nivel de este pueblo.
Se ofrece, y se ofrece cada vez, para luego continuar todo similar, como es lo que de ordinario ocurre en Dominicana, cuando de políticos se trata.
No hay porque continuar entonces engañándose los compatriotas, ante la avalancha de las promesas enmendatorias que hacen los que hoy se ofertan entre nosotros, para dirigir los destinos del país, con los coros de los lambones adeptos, desde que se avecina algún nuevo proceso electoral.
Qué es lo que se ha venido haciendo aquí durante los últimos veinte, o veinticinco años, que no haya sido emular las ejecutorias anteriores; seguir con los mismos patrones de los llamados partidos mayoritarios que les ha tocado gobernar la nación, encabezados por seudo líderes, que no son más que jefes de grupos, y títeres del poderoso empresariado local gravitante.
Claro, siempre se logra el concurso de aquellos “partiduchos” respaldantes, busca lo de ellos, por supuesto, que solo sirven como “alicates, o bisagras”, a cambio de futuras prebendas para quienes más se destaquen dentro de esos.
Bien conocido es que, todos estos políticos nuestros en pantalla hoy, que han estado dirigiendo con anterioridad los destinos nacionales, “enseñaron ya hasta el refajo”; por lo que, quienes se dejen engañar de nuevo, con sus discursos demagógicos, cargados de falsas promesas, y alentados con los mercadeos de estilo, amén de los cantos vocingleros de los “lambones” que logren aglutinar a su alrededor, la mayoría pagados, pasan a ser los malos ellos, por ser víctimas de segunda o tercera ocasión.
Que abran los ojos todos aquellos ciudadanos que tengan la intención de volver a sufragar otra vez en el año 2024. Este país necesita de nuevas caras en el ruedo político nacional; de hombres probos, y capacidad probada, que vayan al Estado a trabajar en favor de sus conciudadanos, y no a enriquecerse ellos.
Como, tampoco a seguir vendiendo el patrimonio nacional; y, endeudando la nación, sin conocerse cómo serán honrados esos compromisos en el mañana; y, mucho menos, quiénes lo podrán hacer, sin tener que lesionar la soberanía de esta Patria.
En consecuencia, a discriminar entonces, con mucha atención ciudadana, entre los ofertantes de hoy, y las promesas que hagan, de cara al nuevo cuatrienio de gobierno.