Delitos violentos e inseguridad en América Latina y el Caribe: una perspectiva macroeconómica

La delincuencia violenta y la inseguridad siguen siendo importantes barreras para la prosperidad en América Latina y el Caribe (ALC). Con apenas el 8 por ciento de la población mundial, ALC representa un tercio de los homicidios del mundo. Basándose en la literatura existente, este documento tiene como objetivo apoyar a los responsables de las políticas económicas y a los socios para el desarrollo explorando la interacción entre la inseguridad y los resultados macroeconómicos, con énfasis en la relación entre la delincuencia violenta y el crecimiento, el clima de negocios y las finanzas públicas.

El análisis muestra que los indicadores de delincuencia a nivel nacional ocultan enormes disparidades internas y que los municipios con tasas de homicidios un 10 por ciento más altas tienen una actividad económica menor en alrededor de un 4 por ciento. El documento desarrolla una medida innovadora de la inseguridad -la proporción de noticias relacionadas con la delincuencia- y muestra su asociación con una menor producción industrial. Utilizando datos a nivel de empresas, también estima que los costos directos de la delincuencia, para las empresas, son de alrededor del 7 por ciento de las ventas anuales, y estos son mucho más altos cuando hay pandillas y organizaciones de narcotráfico.

La delincuencia violenta aumenta con la inestabilidad macroeconómica, la desigualdad y los problemas de gobernanza. El análisis, que se basa en un amplio panel de países, concluye que los homicidios aumentan cuando un país se ve afectado por un crecimiento negativo, una inflación elevada o un empeoramiento de la desigualdad. Las encuestas de victimización indican que, en los casos en que las poblaciones se preocupan por el estado de derecho (impunidad y corrupción policial), sólo una de cada cinco víctimas denuncia a la policía. La falta de confianza y la delincuencia pueden reforzarse mutuamente. Por último, el documento documenta la carga fiscal que supone la provisión de seguridad y concluye que el gasto tiende a ser inelástico en relación con la delincuencia y que se podría mejorar la eficiencia del gasto.

El documento concluye con lecciones de política y áreas para una mayor colaboración entre las autoridades nacionales, los socios internacionales y las principales partes interesadas. Estas se centran en la recopilación y el análisis de datos, las políticas económicas que pueden abordar las causas profundas y las manifestaciones de la delincuencia, el fortalecimiento de las instituciones del estado de derecho y la intensificación de los intercambios regionales sobre cuestiones de seguridad y finanzas públicas.

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